Fotografía de vida salvaje entre hermanos: “Nos volvimos más atrevidos, caminando juntos por el bosque con una sola cámara para dos”.

Apenas sale el sol sobre la Reserva Natural de las Marismas de Vigueirat, un vasto paraje protegido de 1200 hectáreas en Mas-Thibert, entre el delta del Ródano y la llanura de la Crau, en el departamento de Bocas del Ródano. Entre la niebla, se divisan dos siluetas color caqui. Vestidos de camuflaje, desde la ropa hasta sus dos cámaras con enormes objetivos cubiertos con fundas de neopreno con estampados de follaje, los " hermanos del bosque " caminan por los húmedos prados de la Camarga en esta mañana de principios de junio.

Tras este poético apodo, que les pusieron sus seres queridos y luego adoptaron en redes sociales, se encuentran Julien y Clément Pappalardo, de 36 y 32 años. Comparten la misma complexión mediterránea, la misma barba y tez bronceada, y la misma pasión por los animales. Los hermanos crecieron cerca de Montpellier. De niños, estos hijos y nietos de pescadores se enamoraron de la naturaleza y luego de la fotografía durante las vacaciones en Corrèze con sus abuelos maternos. «En casa, todo era una excusa para observar», recuerda Julien, el mayor.

Los primeros deseos por la fotografía surgieron de forma natural y en pareja. «Al principio, teníamos miedo, nos escondíamos en el coche de nuestra abuela; luego, poco a poco, nos volvimos más atrevidos, caminando por el bosque juntos con una sola cámara para los dos, antes de tener cada uno la suya». Tras veinte años de práctica y miles de fotos, los hermanos, aún aficionados, siempre firman sus imágenes con su sencillo apellido: Pappalardo. Independientemente de quién haya tomado la foto. «Nunca competimos, nunca hubo celos entre nosotros », confirma Clément. «Incluso hoy, cuando Julien va a un escondite [técnica que consiste en permanecer escondido cerca del lugar por donde pasa un animal que se quiere fotografiar] , me alegro y tengo ganas de que me cuente su salida. Y si consigue sacar una buena serie, siento un verdadero placer, una verdadera satisfacción».

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