Gueugnon: Reservas de agua en crisis y nuevas restricciones a su uso

En Gueugnon, el cielo nublado, donde se abren paso nubes grises, se observa con atención, a la espera de la lluvia. Jean-Claude Ménager, delegado a cargo de la política hídrica, señala la presa de Arroux, preocupado por el bajo nivel del río. "Estuvimos en alerta máxima durante mucho tiempo, hasta que el jueves pasado, un decreto prefectoral nos clasificó como zona de crisis", lamenta. Hasta el 15 de septiembre, deben respetarse las restricciones: los huertos y jardines pueden regarse entre las 20:00 y las 9:00, y para las plantas en maceta y el césped, solo se puede utilizar el agua de lluvia almacenada. " Todos vigilamos el uso de este recurso; el ayuntamiento se comunica regularmente al respecto y los vecinos han aceptado esta situación", explica el alcalde de Gueugnon, Dominique Lotte. El municipio, por su parte, utiliza agua recuperada de la depuradora para el mantenimiento de sus parterres.

Jean-Claude Ménager, quien cree en la inteligencia colectiva para superar este período de crisis, se muestra alentador: «Esta suma de pequeños gestos y esfuerzos colectivos nos permitirá gestionar este recurso de forma más justa». Pero el estado crítico de las reservas no es nuevo, recuerdan al unísono el teniente de alcalde y su alcalde. Ambos recuerdan el verano de 2003, cuando Dominique Lotte casi tomó la decisión de cortar el suministro de agua, «ocho días», especifica. La misma cantinela en 2019, 2022 y 2023, donde la crisis de los recursos hídricos se ha repetido. « Este río salvaje siempre ha sido caprichoso, pero esto está empeorando con el calentamiento global. Lamentablemente, la situación se está volviendo recurrente», señala el alcalde. Para diversificar las fuentes de suministro, el pasado junio se inició un proyecto de perforación para la instalación de un pozo. Por el momento, esto es solo una gota en el océano: tendremos que esperar un año para conocer los resultados.

Mientras tanto, el río es objeto de múltiples conversaciones entre el ayuntamiento y la fábrica Aperam, un importante consumidor de agua y generador de empleo en la zona. Una consultora lleva más de cinco años trabajando en la idea de abastecer el lugar con aguas residuales tratadas en la planta de tratamiento de Sauze. En septiembre se celebrará una reunión para debatir la posible construcción de esta instalación. Con la mirada puesta en las nubes grises y la lluvia que cae, Jean-Claude Ménager espera: «Veremos si el cielo nos ayuda».