Lyon Metropolis. «Mi hija podría haber muerto»: advierte sobre los peligros de las procesionarias.

Marina Bertolone, residente de Saint-Priest, publicó un mensaje de advertencia sobre las orugas procesionarias en redes sociales. En marzo de 2022, su hija Taïssya, que entonces tenía un año y medio, cayó sobre una hilera de orugas procesionarias en una plaza, según relató.
«Es un milagro. Tu hija podría haber muerto». Eso le dijeron a Marina Bertolone cuando su hija, Taissya, cayó sobre una colonia de orugas procesionarias.
El 25 de marzo de 2022, cuando tenía un año y medio, Taïssya jugaba a la pelota con su hermano en la plaza Victor-Hugo de Saint-Priest. Tropezó y cayó sobre una hilera de orugas procesionarias.
"Pensé que era una rama en el suelo. Cuando oí a mi hija gritar, me di cuenta de que no era normal. Le ardía el ojo izquierdo", explica Marina Bertolone.
Tras enjuagarle la cara a Taïssya con agua limpia, los bomberos la llevaron a urgencias del hospital Femme Mère Enfant (HFME). "Luego la trasladaron a urgencias oftalmológicas del hospital Édouard Herriot (HEH) para comprobar si le había quedado un cabello en el ojo. Corría el riesgo de perder la vista".
Entró en shock anafiláctico y el pediatra me dijo que mi hija podría haber muerto. Tras consultar a varios médicos, se llegó al diagnóstico: Taïssya sufría de celulitis infecciosa en el lado izquierdo de la cara.
A pesar de los analgésicos, los antibióticos y los cuidados diarios, su rostro no mejoró. "Teníamos un protocolo completo: le aplicábamos ungüento de seis a diez veces al día, le desinfectábamos la cara y la limpiábamos con jabón específico para su piel. También veíamos al médico dos veces al mes y al pediatra tres veces al mes". Esta situación duró hasta junio de 2022, "cuando supimos que no estaba ciega; antes, los médicos no podían verla porque todavía estaba demasiado hinchada".
Ese año, Taïssya y su familia no tuvieron vacaciones, ni siquiera guardería. «Durante un año entero, no pudo ir al parque. En cuanto salíamos, tenía que quedarse en su cochecito; me dolía muchísimo».
Desde entonces, Taïssya ha sufrido recaídas y acude regularmente a urgencias oftalmológicas. «Hoy la están siguiendo un infectólogo y un alergólogo para intentar comprender por qué sigue repitiéndose».
Tras el incidente, la madre avisó a la policía municipal y al ayuntamiento. «La policía cerró la plaza y el ayuntamiento instaló un collarín. El pueblo era plenamente consciente del peligro y tomó medidas». Se instalaron carteles en todos los parques de Saint-Priest para advertir sobre los riesgos que representan estas plagas.
Por su parte, Marina Bertolone publicó un largo mensaje de prevención en redes sociales. «Me habría sentido mal por no haber dicho nada si otro niño hubiera pasado por lo mismo».
La madre pretende crear una asociación para concienciar en las escuelas y entre los mayores sobre los peligros de estas orugas.

¿Qué hacer en caso de exposición o síntomas?
Las orugas procesionarias poseen pelos urticantes que pueden causar reacciones alérgicas graves al contacto. La Agencia Regional de Salud de Auvernia-Ródano-Alpes (ARS) ofrece consejos en caso de contacto con la piel o las mucosas.
A nivel de la pielQuítese toda la ropa y manipúlela con guantes. La ropa se lavará a más de 60 °C y se secará en secadora.
Lavar bien la piel con agua y jabón.
Utilice cinta adhesiva para levantar los pelos irritados de la piel, como si se tratara de depilación con cera.
Cepille también bien su cabello, si es necesario.
Tome antihistamínicos para aliviar la picazón.
A la altura de los ojosEvite frotarse los ojos si se expone
Los ojos deben ser enjuagados por un oftalmólogo.
Le Progrès