Medio ambiente. Cumbre del Océano: En Mauricio, se está replantando el manglar que antes no era deseado.

Detrás de las imágenes de postal, Mauricio y su reputación como paraíso turístico están amenazados por la erosión costera y el aumento del nivel del agua .
El fenómeno se ha acelerado con la urbanización de la costa y la casi desaparición de los manglares, que actuaban como barreras naturales.
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“Había 2.000 hectáreas de manglares en la isla antes de los daños causados por el hombre. Fueron talados para construir carreteras, casas, hoteles y accesos a la playa. Para 1980, solo quedaban 45 hectáreas”, recuerda Sachooda Ragoonaden, vicepresidenta de la Asociación para el Desarrollo Sostenible (ADD). “También se ha acusado a los manglares de atraer mosquitos, pero eso es falso”, añade la meteoróloga jubilada de 80 años.

El meteorólogo jubilado Sachooda Ragoonaden dedica parte de su tiempo libre a la resiembra de manglares en la isla de Mauricio. Foto: EBRA/Luc Chaillot
En la década de 1990, el país comenzó a reconocer la importancia de este ecosistema vegetal, compuesto por bosques y pantanos. Desde entonces, la tendencia se ha revertido gracias a los programas de restauración. La cobertura de manglares ha aumentado a 240 hectáreas, incluyendo 12 hectáreas de manglares plantadas por la ADD durante 17 años.
"Los manglares protegen las playas de las olas y las tormentas. Durante el terrible tsunami de 2004 en el océano Índico , se preservaron las aldeas con manglares, mientras que las cercanas fueron destruidas porque ya no los tenían", afirma Sachooda Ragoonaden.
El manglar también desempeña un papel esencial en la protección de la biodiversidad, amenazada por el calentamiento global y la presión turística. «Sirve de hábitat para peces pequeños, camarones y cangrejos», explica el jubilado. Los manglares también son excelentes sumideros de carbono. «Absorben cinco veces más carbono que un bosque terrestre», asegura Sachooda Ragoonaden, muy orgulloso del vivero creado al pie del famoso monte Le Morne, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. «En 2008, replantamos seis hectáreas de manglar donde solo había arena». El sitio está financiado por el programa Varuna, apoyado por la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) y su filial Expertise France.
La población local participa en el proyecto. "Desde que replantamos los manglares, hemos visto regresar a los peces, cangrejos y "zourites", como se les llama aquí a los pulpos", dice encantada Rosemonde, de 64 años, una de las ocho mujeres encargadas de la plantación. "El turismo es importante, pero también debemos proteger el medio ambiente. Pienso en el futuro de mis hijos", explica Fabiola.
Otras mujeres recibirán capacitación en apicultura. Se plantarán colmenas cerca de los manglares para producir una miel oscura y sabrosa que aún no existe en Mauricio. «Podrán obtener ingresos gracias a ello. Es una forma de concienciar a los mauricianos sobre la protección de su patrimonio natural», enfatiza Léa De Oliveira, jefa del programa de desarrollo sostenible de la Fundación Odysseo, uno de los socios del proyecto.
Le Journal de Saône-et-Loire