Ola de calor en Francia: ¿cómo proteger a los niños?

Los bebés y los niños pequeños, especialmente los menores de 5 años, son particularmente susceptibles a la insolación y la deshidratación. Estas pueden provocar náuseas y vómitos, o incluso pérdida del conocimiento.

Pero otros síntomas menos llamativos también pueden ser una señal de alerta. Según el Ministerio de Salud, la disminución de la orina o su coloración oscura, el color anormal de la piel (roja o pálida), la diarrea, la sed intensa, la fiebre alta, la boca seca, el pulso acelerado, los cambios de comportamiento (somnolencia o hiperexcitabilidad) o los ojos hundidos y las pupilas dilatadas son señales a las que hay que estar atento . Aconseja que, ante la aparición de cualquiera de estos signos, se coloque al niño a la sombra, se le desvista, se le dé algo de beber y se le humedezca la piel. Si los síntomas no desaparecen rápidamente o empeoran, es necesario consultar a un médico de inmediato o llamar al 15.

Cuidado con el coche

Ni siquiera por unos minutos, nunca se debe dejar a un niño solo en un coche. La temperatura en el interior sube muy rápido: en una hora, puede alcanzar los 50 °C si afuera hay 26 °C. Y dejar una ventana entreabierta no ayuda a reducir la temperatura del interior del vehículo.

La primera recomendación del Ministerio de Salud es evitar salir al exterior durante las horas más calurosas y acudir a lugares con aire acondicionado varias veces al día. Al aire libre, es importante que el niño use un sombrero y ropa holgada y de colores claros. Tenga en cuenta que no se recomienda cubrir los cochecitos con un paño, ya que la temperatura sube muy rápidamente.

Para los niños mayores, los juegos con agua pueden ser una forma divertida de refrescarse. Para los niños pequeños, puedes aplicarles una toalla húmeda en la piel varias veces al día. También se recomiendan baños o duchas calientes con la frecuencia necesaria.