Ola de calor, pandemia: ¿qué esperamos para preparar las escuelas?

Con más de 2.000 escuelas teniendo que cerrar sus puertas a finales de junio y principios de julio debido a la ola de calor, tal como habían cerrado en 2020 debido a la pandemia de Covid-19, surge una pregunta: ¿qué hemos hecho desde 2020 para preparar nuestras escuelas para las crisis sanitarias y climáticas?
Cinco años después del inicio de la pandemia, se ha hecho poco o nada para garantizar un entorno escolar saludable y resiliente. A falta de anticipación, estamos improvisando. A falta de una estrategia concertada, racional y plurianual, estamos cerrando escuelas.
Y, sin embargo, la ciencia es clara: la calidad del aire interior (CAI) es un factor clave en la prevención. El papel central de los aerosoles en la transmisión de infecciones respiratorias, destacado (de nuevo) en 2020, ya no se debate. En términos de salud ambiental, los efectos del aire contaminado en los niños están bien documentados: asma, trastorno por déficit de atención, absentismo escolar y aumento de la desigualdad.
En cuanto al calentamiento global, sus consecuencias sobre el confort térmico y la habitabilidad de los edificios escolares son ya evidentes y cada vez más precoces, aunque
Libération