Si los Estados continúan subvencionando los combustibles fósiles, podrían ser declarados culpables de violar sus obligaciones internacionales.

La Corte Internacional de Justicia —el órgano judicial de las Naciones Unidas, que incluye a China y Estados Unidos— acaba de emitir una opinión consultiva sin precedentes. Por unanimidad, los jueces tuvieron que considerar más de 150 intervenciones de Estados y organizaciones internacionales, en el proceso más seguido de su historia. Remitido el caso en 2023 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, la Corte afirmó que un medio ambiente sano, limpio y sostenible constituye un derecho humano, y que un Estado que no implemente medidas adecuadas para proteger el clima puede ser considerado responsable de violaciones del derecho internacional.
Tres aspectos de esta extensa opinión consultiva resultan particularmente llamativos. En primer lugar, la claridad y firmeza de la opinión, no solo sobre la crisis climática en sí, sino también sobre sus causas: los combustibles fósiles. El tribunal no se limita a indicar a los Estados que deben reducir las emisiones. Añade que también deben tomar medidas adecuadas con respecto a la producción de combustibles fósiles, su consumo y, ¡agárrense!, los subsidios públicos que se les otorgan. En otras palabras, si los Estados continúan produciendo, consumiendo y subsidiando gas, petróleo o carbón como lo hacen hoy, podrían ser declarados culpables de violar sus obligaciones internacionales, incluidas las relativas a los derechos humanos. Un terremoto legal.
A continuación, el impacto en la eficacia del derecho internacional. El Centro para el Derecho Ambiental Internacional enfatiza que la corte va más allá de aclarar las normas existentes: "redefine lo que ahora podemos considerar legalmente posible, justiciable y, en última instancia, aplicable y ejecutable". Allana el camino para otros litigios y decisiones, tanto nacionales como locales, que pueden basarse en el razonamiento jurídico de la corte. Esto es crucial para las comunidades y ciudades que se encuentran en primera línea de la crisis climática, y que ya están implementando soluciones sostenibles sobre el terreno.
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Le Monde