Al décimo día la ola de calor finalmente comienza a disminuir, pero el riesgo de incendio sigue siendo alto.

Tomó 10 días, casi la misma cantidad de noches tropicales y sobrepasó la marca de los 40 °C con cada vez mayor frecuencia (266 estaciones registraron la marca, más que en la segunda mitad del siglo XX). La ola de calor que comenzó el lunes 8 de agosto está remitiendo definitivamente este domingo, con un total de 25 departamentos en alerta naranja, en comparación con los 54 del sábado.
Ahora se centra en el suroeste, la costa atlántica y la cuenca mediterránea, donde se registrarán temperaturas de hasta 37 grados en Languedoc, e incluso de 40 y 41 grados en el Rosellón y en el corazón de las ciudades de Perpiñán y Montpellier. La alerta naranja se levantó a las 6:00 en Auvernia-Ródano-Alpes, Bretaña, Córcega y Altos Alpes, según informó Météo France. Se espera que Países del Loira, Nueva Aquitania y Lot sigan el ejemplo a las 22:00, según el instituto, que no pronostica temperaturas superiores a 31 grados en el centro y el norte.
El calor que persiste en el sur está acompañado de un riesgo de incendio aún elevado, advierte Météo-France, que señala que la alerta por incendios es roja en seis departamentos, desde los Pirineos Orientales hasta el Vaucluse, y en particular en Aude, asolado por un gigantesco incendio desde el 5 de agosto.
La prefectura y los bomberos declararon el domingo un "riesgo extremo de incendios forestales", una novedad en el departamento desde 2016. El resultado es una combinación de calor, con picos de 39 °C, un aumento de la tramontana, que podría traer rachas de 60 km/h, y sequía, que favorece la propagación de las llamas en una zona donde la tala de matorrales y los viñedos no han cumplido su función de cortafuegos.
"Las condiciones no son buenas […] estaremos en el nivel máximo de seis de seis "Riesgo extremo", declararon a la AFP los bomberos de Aude, que prevén "un gran esfuerzo de vigilancia, más allá de todo lo que hayamos experimentado hasta ahora".
Un total de 1.200 bomberos están "en alerta" en el departamento, según la prefectura, incluidos 330 todavía movilizados para vigilar el incendio que se inició entre los municipios de Ribaute y Lagrasse y que aún no ha sido extinguido.
Libération