El río Ródano fue drenado parcialmente entre Suiza y Francia para evitar riesgos de inundaciones.

Una gran operación de drenaje del Ródano comenzó el jueves 15 de mayo, con el fin de liberar el lecho del río de la acumulación de sedimentos y prevenir así riesgos de inundaciones cada vez más preocupantes. Prevista para durar doce días, esta operación consiste en abrir las compuertas de varios embalses distribuidos a lo largo del curso del agua, entre el cantón de Ginebra, en Suiza, y el departamento de Ain, en Francia, para crear la corriente capaz de arrastrar los sedimentos.
Las autoridades francesas y suizas han fijado un volumen de 1,5 millones de metros cúbicos de sedimentos a retirar, el equivalente a 600 piscinas olímpicas. Los operadores responsables de este vaciado a gran escala coordinaron su acción. Del lado francés, es la Compagnie nationale du Rhône la que gestiona las centrales hidroeléctricas de Génissiat, Seyssel y Sault-Brénaz, situadas en el Alto Ródano. En el lado suizo, los Servicios Industriales de Ginebra explotan las válvulas de las instalaciones situadas aguas abajo del lago de Ginebra, al sur del cantón de Ginebra.
Esta operación tiene como objetivo principal limpiar la masa de sedimentos que se está acumulando frente a la presa de Verbois en Suiza. Más arriba de este sector, el Ródano recibe las aguas del Arve, un afluente tumultuoso que nace en el macizo del Mont-Blanc y transporta importantes volúmenes de materiales de montaña: limo, arena, grava. Los hidrólogos estiman que el Arve transporta cerca de 700.000 metros cúbicos de estos sedimentos al año, la mitad de los cuales se acumulan en el embalse de Verbois.
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Le Monde