En Laos, una nueva presa en el Mekong pone en peligro la biodiversidad del río, uno de los más nutritivos del mundo.

La masa de cemento, repleta de grúas, continúa consolidándose. Un torrente de camiones avanza con dificultad entre una nube de polvo. Desde las verdes laderas de la montaña, una larga cinta transportadora motorizada transporta continuamente los escombros necesarios para la obra, alimentando con precisión mecánica los terraplenes que restringen las turbulentas aguas ocres del río. Veinticinco kilómetros río arriba de Luang Prabang, la antigua capital real de Laos, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1995, 15.000 trabajadores se afanan desde 2023 en la construcción de la tercera presa hidroeléctrica construida por Laos en su tramo del Mekong.
Clasificada como una "presa de pasada", ya que aprovecha el caudal natural del río con un almacenamiento limitado, la presa de Luang Prabang creará, no obstante, un embalse de 75 kilómetros, transformando el Mekong en un río prácticamente inmóvil a lo largo de esta distancia. 500 familias de 20 aldeas fueron o serán desplazadas para dar paso al puente de 53 metros de altura, cuya finalización está prevista para dentro de unos años y cuya inauguración oficial está prevista para 2030.
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Le Monde