Val de Briey. Los Jardines Olvidados cumplen 15 años: este rincón del paraíso no deja de sorprender a sus visitantes.

Una puerta de madera azul se abre bajo una bóveda de piedra seca. «Bienvenidos», sonríe Claude Mallinger. Así es como el propietario de Les Jardins oubliés recibe a unos 250 visitantes cada año . Vienen a buscar ideas de paisajismo o decoración, aprender técnicas de construcción de muros o simplemente desconectar durante medio día. Les Jardins oubliés es realmente otro mundo.

“Cuando llegué aquí, ni siquiera se veía el fondo de la parcela. Era una jungla. Pero había piedras por todas partes. Y me enamoré”, dice Claude Mallinger. “El principio del jardín es reciclar todo lo que encontramos en el lugar, y nos divertimos reutilizando objetos. Compramos lo mínimo, o incluso nada en absoluto...

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