Repensando la sostenibilidad desde la cosmética fresca. Por Por Patrick Sonnleitner (RINGANA)

Por Patrick Sonnleitner, Corporate Social & Environmental Responsibility Manager en RINGANA
El Día de la Sobrecapacidad del Planeta señala el momento en el que la humanidad ha consumido más recursos de los que la Tierra puede regenerar en un año. Este dato nos invita a reflexionar sobre el impacto de nuestras actividades diarias, incluida la industria cosmética, y a cuestionar qué papel deben desempeñar las empresas para revertir esta tendencia insostenible.
La cosmética ha sido tradicionalmente asociada a un modelo de producción masiva y consumo rápido, generando importantes cantidades de residuos y desperdicio. Se estima que la industria cosmética global produce más de 120.000 millones de unidades de envases plásticos al año¹, muchos de los cuales no se reciclan adecuadamente. Además, solo el 9% de todos los residuos plásticos generados históricamente ha sido reciclado², lo que agrava su impacto sobre los ecosistemas marinos y terrestres.
El uso de microplásticos en productos de cuidado personal ha sido también objeto de preocupación ambiental. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), estos ingredientes sintéticos liberan cada año alrededor de 51 billones de partículas microplásticas en los océanos³, afectando la fauna marina e incluso entrando en la cadena alimentaria humana⁴. Por ello, la Unión Europea ha propuesto restricciones estrictas para su uso en cosméticos⁵.
Los impactos de una cosmética poco responsable no se limitan a los residuos sólidos o microplásticos. Las sustancias químicas presentes en algunos productos convencionales pueden llegar a los ecosistemas acuáticos a través de los sistemas de alcantarillado, afectando la calidad del agua y la salud de la vida acuática. Ingredientes como parabenos, triclosán o filtros UV persistentes han sido detectados en ríos y lagos de todo el mundo, con potenciales efectos disruptores endocrinos en organismos acuáticos. A nivel terrestre, los desechos plásticos no reciclados contaminan suelos agrícolas y naturales, liberando toxinas que alteran las cadenas tróficas. En cuanto a la salud humana, existe creciente preocupación por la bioacumulación de microplásticos y otros contaminantes provenientes de productos cosméticos no sostenibles.
En RINGANA, una marca austríaca de cosmética natural y fresca, llevamos casi treinta años apostando por un modelo diferente, basado en la producción bajo demanda y en ciclos cortos. Esto garantiza que los productos lleguen frescos al consumidor y se utilicen en su mejor momento, reduciendo significativamente la sobreproducción y el desperdicio.
Además, todos nuestros productos están libres de microplásticos desde mucho antes de la futura entrada en vigor de la normativa europea, contribuyendo a evitar la contaminación por estas partículas. Aplicamos también principios de economía circular en nuestros embalajes, utilizando materiales reciclables y biodegradables que permiten reducir el uso de plástico en más de 75 toneladas al año, excepto en aquellos destinados al contacto directo con el producto, donde se evita su uso para garantizar la seguridad y calidad.
Uno de nuestros programas clave es la iniciativa REUSE, mediante la cual recuperamos y reutilizamos nuestros envases de vidrio. En 2024, conseguimos reincorporar al ciclo productivo el 37% de los frascos devueltos por los clientes, un logro notable considerando que una parte importante de los envases recuperados no puede ser reutilizada por razones de calidad o seguridad. Este porcentaje representa los flakons que efectivamente pueden volver a usarse tras su reacondicionamiento, lo que refleja un auténtico avance hacia una cosmética circular.
En cuanto a los materiales reciclados, en 2024 logramos que el 20% del peso total de los envases vendidos proviniera de materiales reciclados posconsumo (PCR), manteniendo estrictas exigencias de seguridad para aquellos componentes que entran en contacto directo con los productos, garantizando así estándares de calidad alimentaria. Además, en nuestros procesos de envío utilizamos aproximadamente un 90% de materiales reciclados, incluyendo cajas, papel de seda, virutas de maíz, cintas y etiquetas, con cajas fabricadas en su totalidad a partir de material reciclado.
La gestión responsable de los recursos es fundamental para un modelo de negocio sostenible. En RINGANA cumplimos con los principios de reducir, reutilizar y reciclar a lo largo de toda la cadena de valor. Nuestros envases de vidrio son retornables y reutilizables, utilizamos cartón reciclado certificado FSC en los embalajes y contamos con energía 100% renovable en todas nuestras instalaciones productivas.
Estos compromisos se traducen en resultados medibles: en los últimos años hemos logrado reducir la huella de carbono por kilogramo de producto en un 16%, el consumo de agua en un 35% y la intensidad energética en un 15%, al tiempo que mantenemos un crecimiento económico sostenible.
Consideramos que la sostenibilidad no es un añadido, sino la base para un modelo de empresarial alineado con los límites planetarios. Por ello, colaboramos activamente en la conservación de ecosistemas: como parte de su compromiso climático real y medible, RINGANA protege 138,9 hectáreas de bosque virgen en la Reserva Natural Dürrenstein-Lassingtal (Austria), una de las últimas zonas de bosque primario en Europa Central, cediéndola por completo a la naturaleza sin intervención humana para garantizar la conservación de la biodiversidad y el almacenamiento de CO₂ a largo plazo.
Por último, es importante destacar el papel fundamental del consumidor, cada vez más exigente en cuanto a transparencia y responsabilidad. Según un estudio reciente de McKinsey & Company, el 60% de los consumidores de belleza a nivel mundial consideran la sostenibilidad como un factor clave en sus decisiones de compra⁶. En RINGANA creemos que la cosmética puede ser un motor de cambio positivo, contribuyendo no solo al bienestar individual, sino también al equilibrio medioambiental global.
Este Día de la Sobrecapacidad invita a replantear nuestros hábitos de consumo y producción, y a adoptar modelos empresariales que integren sostenibilidad e innovación de manera real y efectiva.
Fuentes de estudios citados:Creadores de Opinión Verde #CDO es un blog colectivo coordinado por Arturo Larena, director de EFEverde
Esta tribuna puede reproducirse libremente citando a sus autores y a EFEverde.
Otras tribunas de Creadores de Opinión Verde (#CDO)
Este blog de "influencers verdes" ha sido finalista en los Premios Orange de Periodismo y Sostenibilidad 2023 en la categoría de "nuevos formatos".
efeverde