¿Qué se sabe sobre las amenazas a la subestación Marituba en Pará, en el marco de la COP30?

El gobierno federal está investigando amenazas dirigidas a la subestación Marituba, en la Región Metropolitana de Belém (PA), una de las principales estructuras del sistema eléctrico que abastece a la capital de Pará y a las instalaciones relacionadas con la COP30 , la conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático.
La información salió a la luz después de que Verene Energia SA , la empresa responsable de la operación y ampliación de la subestación, informara oficialmente que el 30 de octubre recibió mensajes intimidatorios de un hombre que se identificó como miembro del Comando Vermelho (Comando Rojo ). Según el documento enviado al gobierno, el individuo exigía dos cosas: la suspensión inmediata de las obras de ampliación y la interrupción diaria de las actividades a partir de las 15:00 horas .
La alerta motivó que el Ministerio de Minas y Energía contactara al Ministerio de Justicia y Seguridad Pública, a la Oficina de Seguridad Institucional, a la Policía Federal y a la Agencia Brasileña de Inteligencia. Se elaboró un informe de inteligencia que se remitió a las fuerzas de seguridad de Pará.
La Policía Federal abrió una investigación el martes 4 para determinar el origen y la veracidad de las amenazas. La agencia informó que la subestación cuenta con protección reforzada por parte de fuerzas estatales y federales. La Secretaría de Seguridad Pública de Pará confirmó que los trabajos se desarrollan con normalidad, con presencia policial en la zona.
El Ministerio de Minas y Energía aseguró que el suministro energético está garantizado y que se han adoptado todas las medidas preventivas para mantener el pleno funcionamiento del sistema nacional interconectado. El ministerio también destacó que el sitio se considera infraestructura crítica, esencial para el éxito logístico y energético de la COP30.
El incidente se produce en vísperas del inicio oficial de la conferencia, que reúne a jefes de Estado y delegaciones internacionales en Belém.
CartaCapital




