El momento de que Estados Unidos asegure su crítico futuro mineral

China domina la cadena global de suministro de minerales críticos, lo que amenaza la seguridad nacional de Estados Unidos y su objetivo de dominio energético. El año pasado, China extrajo 270.000 toneladas métricas de tierras raras, lo que representa más de dos tercios de la producción mundial de tierras raras. China también controla casi el 90% de la capacidad de refinación mundial. Por ello, la Orden Ejecutiva 14241 del presidente Trump subraya un desafío clave para la seguridad económica y nacional de Estados Unidos: la dependencia de este país de minerales críticos extranjeros, provenientes principalmente del extranjero, en particular de China.

En concreto, el litio, el cobalto, el grafito y las tierras raras —todos cruciales para las baterías que alimentan vehículos eléctricos y sistemas de energía renovable— fluyen principalmente a través de las instalaciones de procesamiento de China, lo que crea una preocupante vulnerabilidad estratégica. Esto hace que la exigencia del gobierno de una sólida cadena nacional de suministro de minerales críticos no sea meramente política, sino un imperativo estratégico de seguridad nacional y económica en la era de la creciente competencia geopolítica, el aumento de la demanda energética y la inteligencia artificial.

Sin embargo, una pregunta importante que debemos plantearnos es por qué Estados Unidos externaliza casi todas sus necesidades minerales a países adversarios como China. La respuesta reside en la burocracia, décadas de subinversión y retrasos regulatorios en medio de la dinámica del mercado global. Estos factores nos llevan a depender en gran medida de las importaciones, a menudo de fuentes geopolíticamente riesgosas. Incluso cuando Estados Unidos extrae sus propios minerales, la mayoría se envía a China para su refinación. Esto significa que los vastos y abundantes recursos minerales de Estados Unidos —cobalto en Misuri, antimonio en Idaho, litio en Nevada, Arkansas y Maine— quedan sin explotar ni utilizar.

Tenemos buenas noticias: el Crédito Fiscal para la Producción de Manufactura Avanzada, conocido como 45X, es una poderosa herramienta política creada para fortalecer nuestra industria nacional de minerales críticos. 45X acelera la refinación y el procesamiento de minerales críticos en Estados Unidos. Fundamentalmente, estos créditos fiscales están diseñados con "transferibilidad", lo que permite a las empresas más pequeñas —aquellas pioneras en nuevas tecnologías de extracción y refinación de minerales— monetizar inmediatamente los créditos vendiéndolos a terceros. La posibilidad de transferir los créditos fiscales libera capital esencial para la innovación y una rápida expansión, lo que resulta en un impacto significativo para impulsar nuestro mercado nacional de minerales críticos.

Datos recientes muestran que más del 50% del mercado de transferencia de créditos se utilizó para 45X en el segundo semestre de 2024. Y las empresas más pequeñas que se centran en el procesamiento de litio o la refinación de grafito, ahora pueden convertir los futuros créditos fiscales en fondos iniciales, impulsando la expansión inmediata de la capacidad aquí mismo en casa.

De cara al futuro, debemos preservar el 45X para acelerar la independencia minera estadounidense, y podemos aprovechar el enfoque de la Administración en este asunto crucial. Políticas como el 45X y la disposición sobre transferibilidad que respaldan la seguridad minera nacional no deberían ser una cuestión partidista; son esenciales para nuestro futuro económico.

Mientras el Congreso continúa trabajando en la reconciliación, nos encontramos en un momento crítico con una oportunidad histórica para reafirmar la fortaleza industrial estadounidense, salvaguardar la seguridad nacional e impulsar un futuro tecnológicamente más limpio y competitivo. El momento crucial de los minerales en Estados Unidos ha llegado. Aprovechémoslo y tomemos decisiones políticas inteligentes.