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Pobreza energética en verano: la crisis oculta que afecta a millones de personas.

Pobreza energética en verano: la crisis oculta que afecta a millones de personas.

Este artículo de opinión fue escrito por Petra Probstner, arquitecta y voluntaria del Grupo de Acción por el Aire Limpio en Hungría, en el marco del proyecto ClimateFair Monitor .

Varios acontecimientos recientes, como la crisis energética de 2022 y el apagón sin precedentes que afectó a España y Portugal el 28 de abril de este año, nos han recordado crudamente la vulnerabilidad de nuestros sistemas energéticos. Si bien el verano extremadamente caluroso ya ha terminado (al menos en el hemisferio norte), debemos acelerar con urgencia el desarrollo y la implementación de edificios resistentes al calor y estrategias de refrigeración sostenibles.

Introducción

La demanda mundial de refrigeración está aumentando a un ritmo sin precedentes. Actualmente, cerca del 10 % del consumo mundial de electricidad se destina a la refrigeración de edificios . Hay más de 2000 millones de aires acondicionados en funcionamiento en todo el mundo, cifra que podría duplicarse en las próximas décadas.

Distribución del consumo eléctrico doméstico a nivel mundial –(El diagrama del autor se basa en datos de Statista, Agencia Internacional de la Energía)

Aunque en Europa muchos siguen considerando la calefacción un problema mucho más acuciante, la refrigeración está adquiriendo rápidamente la misma importancia. De hecho, es el sector de mayor crecimiento en la demanda energética del continente. Según las previsiones, la demanda energética para calefacción disminuirá, pero las necesidades energéticas para refrigerar espacios aumentarán rápidamente con el calentamiento global en Europa.

Esto supone una gran carga para las redes energéticas y crea un círculo vicioso: el aumento del calor impulsa una mayor demanda de refrigeración, lo que a su vez sobrecarga las redes y agrava el efecto isla de calor urbana, lo que conduce a temperaturas aún más altas.

El círculo vicioso del aumento de las temperaturas y el uso del aire acondicionado (Diagrama del autor)

pobreza energética en verano

La pobreza energética estival (PEEE) se está convirtiendo en un problema cada vez más extendido en toda Europa. La PEEE implica que las personas no pueden mantener una temperatura adecuada en su hogar durante los meses de verano. Está estrechamente relacionada con la pobreza energética general: la PEEE se debe a factores como la mala calidad de la vivienda, la falta de aislamiento, los sistemas de refrigeración obsoletos, el hacinamiento, los altos precios de la energía y la vulnerabilidad social.

El síndrome de sobrecalentamiento de viviendas (SEPOV , por sus siglas en inglés) afecta principalmente (aunque no exclusivamente) a poblaciones vulnerables como familias con bajos ingresos, personas mayores, niños pequeños, personas con discapacidad, mujeres embarazadas, personas que trabajan al aire libre o en trabajos manuales, miembros de minorías marginadas y personas con enfermedades crónicas o cardiovasculares. Estas poblaciones a menudo carecen de acceso a sistemas de refrigeración adecuados o a espacios públicos seguros y con sombra. Según los datos disponibles, alrededor del 19 % de los hogares en la UE no pueden mantener sus viviendas a una temperatura confortable durante el verano.

Vínculos entre la baja eficiencia energética en los hogares, las islas de calor y los impactos socioeconómicos – Fuente: Red Europea de Acción Climática

Nuestras ciudades: trampas de calor

Las zonas urbanas son especialmente susceptibles al calor. La falta de espacios verdes y cuerpos de agua, junto con las propiedades de retención de calor del asfalto y el hormigón, crea el efecto isla de calor urbana. Esto puede provocar que las temperaturas sean entre 4 y 6 °C más altas (hasta 10 °C en algunos lugares) que en las zonas rurales circundantes.

La pobreza energética estival en las ciudades también afecta desproporcionadamente a los residentes de bajos ingresos. Los pisos en bloques de apartamentos tienen tres veces más probabilidades de sobrecalentarse que las viviendas unifamiliares. Mientras que los barrios acomodados suelen disfrutar de más zonas verdes y sombra, las zonas desfavorecidas a menudo se ven desatendidas. En los países de Europa Central y Oriental, los residentes de bloques de apartamentos prefabricados son especialmente vulnerables debido al escaso aislamiento y la dificultad para refrigerar estos edificios. Si bien el aire acondicionado puede proporcionar un alivio temporal, su uso generalizado aumenta las temperaturas locales y sobrecarga aún más el sistema energético.

Soluciones

Para afrontar esta crisis se requiere actuar a distintos niveles. A nivel local, las soluciones basadas en la naturaleza, como fuentes, techos verdes, bosques urbanos y calles sombreadas, pueden reducir significativamente las temperaturas ambientales. Las iniciativas comunitarias —incluidas las cooperativas energéticas, las campañas de concienciación pública y los espacios comunitarios climatizados— también están cobrando fuerza. Igualmente importante es mejorar la eficiencia energética de los edificios mediante medidas como el sombreado, la ventilación natural y un mejor aislamiento.

También podemos inspirarnos en la arquitectura tradicional. Elementos como las paredes de adobe, las verandas y las contraventanas han ayudado a la gente a sobrellevar el calor durante siglos. La arquitectura vernácula ofrece muchas soluciones de refrigeración pasiva basadas en la naturaleza , como la orientación óptima de los edificios, el uso de materiales naturales como el adobe y la piedra, verandas sombreadas, árboles de hoja caduca y cortavientos.

A nivel nacional, varios países ya han tomado medidas . España ofrece ayudas financieras directas para reducir los costes de refrigeración. Francia apoya la compra de equipos energéticamente eficientes. Portugal está trabajando en un índice de vulnerabilidad basado en un mapa de riesgos. Finlandia, los Países Bajos y otros países ya están incorporando los principios de adaptación equitativa en sus estrategias nacionales. Italia ya ha reducido las tasas de mortalidad relacionadas con el calor en un 65 % gracias a sus planes de respuesta ante olas de calor y su sistema de alerta temprana.

Los expertos abogan por una acción integral y coordinada en todos los niveles de gobierno. Como primer paso, se necesitan indicadores cuantificables para identificar la pobreza energética durante el verano. Asimismo, será fundamental promover tecnologías de refrigeración eficientes y modelos de precios equitativos, como tarifas flexibles que incentiven el consumo eléctrico durante el día.

Acceso a la refrigeración: un derecho humano

En el futuro, el acceso a la refrigeración debe reconocerse como un derecho humano fundamental, no como un lujo. La planificación urbana debe priorizar la resiliencia climática y la equidad social. Todas las personas merecen acceso a la sombra, a espacios verdes, a zonas públicas frescas y a viviendas sostenibles.

La pobreza energética en verano es más que un problema de confort: es un desafío para la salud, la justicia social y la adaptación al cambio climático que exige atención urgente. Si no actuamos, nuestras ciudades corren el riesgo de convertirse en focos de calor donde los más vulnerables sufrirán las consecuencias. Pero con soluciones justas, sostenibles e impulsadas por la comunidad, podemos construir un entorno más fresco, habitable y equitativo para todos.

ceenergynews

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