El PERTE de digitalización del agua, un impulso para el desarrollo de España. Por Rocío Santiago, directora de Operaciones de Aqualia

Por Rocío Santiago, directora de Operaciones de Aqualia
La gestión del agua en España es un desafío constante, frente al que administraciones y operadores del ciclo del agua deben trabajar de forma coordinada. Un ejemplo de colaboración público-privada reciente, ahora que se van a cumplir tres años desde el lanzamiento de su primera convocatoria, son los PERTE de digitalización del ciclo del agua. El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) ya ha resuelto dos convocatorias y próximamente adjudicará una tercera, para fomentar el uso de nuevas tecnologías en el ciclo del agua. ¿El propósito? Mejorar la gestión del recurso, aumentar su eficiencia, reducir pérdidas en las redes de suministro y cumplir con los objetivos ambientales.
En España, la disponibilidad de agua es variable. Nuestro clima peninsular entrelaza períodos de sequías severas e inundaciones extremas. Según un informe de PwC publicado en julio de 2024, el 41 % del territorio español sufre de estrés hídrico y la situación se agudiza especialmente en las cuencas del Guadalquivir y la costa mediterránea. En este contexto tenemos que velar por garantizar la disponibilidad de agua, tanto para la vida como para nuestra actividad económica. Las recientes lluvias de este inicio de año han supuesto un gran alivio, pero no solventarán la necesidad de agua a largo plazo.
Bajo el suelo en nuestro país, se extienden más de 248.000 kilómetros de redes de abastecimiento y más 189.000 de saneamiento. Sin embargo, una gran parte de ellas tiene una antigüedad de más de 40 años, lo que incrementa la probabilidad de roturas y, en consecuencia, pérdidas de agua. La Asociación Española de Abastecimientos de Aguas y Saneamiento (AEAS) señaló en su último Informe que el porcentaje de renovación de las redes españolas era tan solo del 0,2% anual, una cifra del todo insuficiente para poder mantenerla en buenas condiciones y prestar a largo plazo un servicio de agua eficiente y sostenible.
Este no es un asunto baladí. El déficit de inversión acarrea un incremento de los costes de mantenimiento, una reducción de la calidad del servicio prestado a los ciudadanos y pérdidas de agua y de la calidad de la misma, además de poner en riesgo la capacidad de nuestros sectores productivos y limitar el desarrollo de un turismo sostenible, esenciales para nuestro país.
La gestión del agua será digitalLa digitalización de los servicios urbanos del agua es una vía para que el ciclo integral del agua alcance mayores cotas de sostenibilidad, y los PERTE aceleran la transformación tecnológica que ya había comenzado a producirse en el sector del agua.
La digitalización permite monitorizar en tiempo real el consumo de agua y resulta vital para detectar de forma rápida anomalías y fugas, lo que lleva a reducir las pérdidas del recurso y el Agua No Registrada (ANR). Los datos mejoran la planificación y la respuesta ante situaciones de emergencia, como sequías o falta de aptitud del agua destinada al consumo humano. Con tecnologías avanzadas, se puede vigilar continuamente la calidad del agua, detectando contaminantes y otros problemas rápidamente. Esto garantiza que el agua suministrada a la población sea segura y cumpla con los estándares de calidad, muy relevante en un momento en el que las directivas son cada vez más exigentes.
Además, la automatización de procesos y el uso de sensores inteligentes aumenta de forma considerable la eficiencia operativa en todo el sistema. En definitiva, la gran cantidad de datos que se recopilan y analizan permiten hacer predicciones, optimizar la infraestructura, su mantenimiento y los recursos hídricos y energéticos. La gestión del agua mejora en todo el ciclo: desde la captación, el tratamiento y la distribución, hasta el alcantarillado y la depuración, reduciendo el impacto ambiental.
Una oportunidad exponencialEn definitiva, los PERTE representan una oportunidad para potenciar la modernización del sector del agua y suponen un impulso para pequeños y medianos municipios, que no poseen la capacidad de inversión suficiente para llevar a cabo esta digitalización. Las dos primeras convocatorias de los PERTE seleccionaron un total de 80 proyectos, que incluyen más de 2.800 municipios (un 35 % del total en nuestro país), y que benefician directamente a cerca de 28 millones de habitantes.
Dentro de estas dos convocatorias, Aqualia, en colaboración con diferentes administraciones públicas, lleva a cabo cinco proyectos en Asturias, Cantabria e Islas Canarias y en las provincias de Cádiz y Ciudad Real. Actualmente se están implementando desarrollos que terminarán beneficiando a 200 municipios de estas regiones y sus casi 1,9 millones de habitantes. Un ejemplo más de la larga tradición de colaboración público-privada que ha convertido a España en un modelo de éxito mundial en la gestión del ciclo del agua y en el desarrollo de proyectos innovadores y de gran capacidad gracias a las sinergias que se consiguen cuando las administraciones públicas y las empresas especializadas trabajamos juntas.

Creadores de Opinión Verde #CDO es un blog colectivo coordinado por Arturo Larena, director de EFEverde
Esta tribuna puede reproducirse libremente citando a sus autores y a EFEverde.
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