Seguros: el granizo, un riesgo creciente que desafía las predicciones

"La tormenta empezó con muy poca lluvia, luego empezó a granizar, y las piedras alcanzaron el tamaño de una pelota de tenis", cuenta Bruno Baardman, paisajista residente en Olliergues (Puy-de-Dôme) desde hace veintisiete años. El ¹ de junio, el granizo atravesó los túneles de plástico de su finca, Les Serres du Forez, rompió mil cristales y destruyó gran parte de sus plantas.

La empresa permanecerá cerrada durante varias semanas mientras se reparan los daños y se restauran. «El invernadero de cristal costará unos 75.000 € sin impuestos, y 15.000 € por los túneles y el hangar. He tenido varios desastres antes, pero ninguno de esta magnitud».

Con el inicio de la temporada de tormentas de finales de verano en Francia (treinta departamentos fueron puestos en alerta naranja por Météo France los días 27 y 28 de agosto), La observación ya no sorprende: considerado durante mucho tiempo un peligro secundario, el granizo ha cambiado de categoría en los últimos años, al ser más frecuente, más intenso y más costoso. Los daños a los edificios han aumentado de una media de 40 millones de euros anuales entre 1984 y 2003 a 225 millones de euros en los veinte años siguientes, según estadísticas de France Assureurs, la federación del sector.

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