Singapur contratará créditos de carbono de alta calidad basados en la naturaleza de cuatro proyectos en Ghana, Perú y Paraguay.

- Singapur buscará 2,175 millones de toneladas de créditos de carbono que cumplan con el Artículo 6, valorados en S$ 76 millones (US$ 56 millones).
- Cuatro proyectos basados en la naturaleza seleccionados: REDD+ en Perú, restauración de pastizales en Paraguay y reforestación en Ghana.
- Parte de la estrategia de Singapur para cumplir con la NDC de 2030 y el objetivo de cero emisiones netas a largo plazo para 2050 en virtud del Acuerdo de París.
El gobierno de Singapur adquirirá 2175 millones de toneladas de créditos de carbono de origen natural de proyectos en Ghana, Perú y Paraguay, lo que representa uno de sus mayores compromisos con las compensaciones internacionales hasta la fecha. Los créditos, valorados en aproximadamente 76 millones de dólares singapurenses (56 millones de dólares estadounidenses), se adjudicaron mediante una solicitud de propuestas (RFP) lanzada en septiembre de 2024.
La medida refleja la dependencia de Singapur de los mercados internacionales de carbono para complementar la descarbonización interna, mientras la ciudad-estado trabaja para reducir las emisiones a 60 millones de toneladas de CO₂ equivalente para 2030 y lograr cero neto para 2050.
El artículo 6 como vía complementariaComo uno de los países más densamente poblados y con recursos naturales limitados, Singapur enfrenta limitaciones únicas para reducir sus emisiones internas. Si bien ha introducido un impuesto al carbono, ampliado el despliegue de energía solar y promovido la importación de energía renovable y la captura y almacenamiento de carbono, las autoridades argumentan que las compensaciones en virtud del Artículo 6 del Acuerdo de París son esenciales para cerrar la brecha.
Los créditos serán autorizados por los gobiernos anfitriones y reconocidos mediante acuerdos bilaterales de implementación, lo que garantiza que las reducciones no se contabilicen dos veces. Hasta la fecha, Singapur ha firmado nueve acuerdos de este tipo con países como Ghana, Perú, Paraguay y Vietnam. Cada acuerdo exige que el 5% de los ingresos de los créditos autorizados se destine a apoyar medidas locales de adaptación climática.
Se espera que a finales de este año se celebre una segunda ronda de adquisiciones de créditos que cumplan con el Artículo 6, ampliando la cartera de proyectos potenciales.
Los contratos adjudicados abarcan una variedad de ecosistemas y enfoques de restauración:
- Perú : Dos iniciativas REDD+ —Kowen Antami y Juntos por los Bosques— diseñadas para prevenir la deforestación y proteger la biodiversidad.
- Paraguay : Proyecto de Restauración de Pastizales Boomitra, que mejora el secuestro de carbono del suelo mediante prácticas de pastoreo sostenibles.
- Ghana : El Proyecto de Restauración del Paisaje de Kwahu, centrado en la reforestación de pastizales degradados y la restauración de ecosistemas locales.
En conjunto, se espera que estos proyectos produzcan reducciones de emisiones verificadas equivalentes a 2.175 millones de toneladas de CO₂ entre 2026 y 2030. Más allá de la contabilidad del carbono, prometen beneficios colaterales como una mejor calidad del agua, protección de la biodiversidad y nuevas fuentes de ingresos para las comunidades rurales.
Las soluciones basadas en la naturaleza se citan a menudo como una de las herramientas más escalables y rentables para la eliminación de carbono, con un potencial global estimado en más de 10 gigatoneladas anuales. Sin embargo, en los últimos años, las dudas sobre la permanencia, la fuga y la adicionalidad han acosado al mercado voluntario de carbono.
El proceso de selección de Singapur buscó mitigar estas preocupaciones, priorizando la integridad ambiental y la capacidad de los promotores de proyectos para cumplir con sus compromisos. El gobierno evaluó las propuestas en función de la adicionalidad, la permanencia, los cobeneficios y la competitividad de precios, así como del historial de los licitadores.
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Además de los objetivos climáticos nacionales, la medida también busca consolidar la posición de Singapur como centro regional de servicios de carbono. La ciudad ya alberga a unas 150 empresas dedicadas al comercio, la asesoría, el desarrollo de proyectos y la verificación, y sus funcionarios están interesados en ampliar las oportunidades para las empresas singapurenses en el sector de los mercados de carbono, en rápido crecimiento.
“ Los créditos de carbono del Artículo 6 pueden catalizar oportunidades de crecimiento verde ”, dijo la Secretaría Nacional de Cambio Climático en un comunicado, y agregó que el país continuaría facilitando la participación de la industria en los mercados globales de carbono.
Para los responsables políticos y los inversores, la estrategia de Singapur destaca tanto las promesas como los desafíos de integrar las compensaciones internacionales en los planes climáticos nacionales. A medida que los marcos del Artículo 6 empiezan a tomar forma, los contratos del país podrían sentar precedentes para las normas de gobernanza, la estructuración financiera y los flujos de financiación para la adaptación.
Debido a su limitada superficie terrestre, es improbable que Singapur genere créditos naturales significativos a nivel nacional. En cambio, su enfoque ilustra cómo las economías más pequeñas pueden apoyarse en alianzas transfronterizas estructuradas para alinear los compromisos nacionales con los objetivos climáticos globales.
La prueba que tenemos por delante será si estos proyectos —y los marcos que los rigen— ofrecen beneficios climáticos reales y verificables que extiendan las métricas del carbono a las personas y los ecosistemas sobre el terreno.
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