Hacer más con menos: la eficiencia, clave de la soberanía y la competitividad europeas. Por Bertrand Piccard (Presidente de la Fundación Solar Impulse)

Bertrand Piccard
Presidente de la Fundación Solar Impulse
Cada invierno, Europa tiembla a merced de los proveedores extranjeros. Cada verano, se asfixia bajo el peso de una energía aún más costosa por el despilfarro que supone su uso en infraestructuras ineficientes. Somos como un gigante conectado a la toma de otros. No podemos considerarnos soberanos si tenemos que suplicar a otros para mantener la luz encendida.
Mientras que Estados Unidos invoca la libertad y la soberanía basándose en la abundancia de sus energías fósiles, Europa depende del gas ruso, del petróleo de Oriente Medio y de los paneles solares chinos.
Esta dependencia, sea de quien sea, es una debilidad estratégica. Tras la guerra en Ucrania, Europa ha tratado de diversificar sus fuentes de energía. Pero sustituir una dependencia por otra es inútil. La verdadera autonomía no vendrá de importar GNL de Catar en lugar de Rusia, ni de triplicar las importaciones de combustibles fósiles de Estados Unidos para complacer a su presidente. Vendrá de una reducción del consumo energético europeo y de un uso más inteligente de la energía.
Infraestructuras obsoletas frente a los retos actualesSeguimos utilizando sistemas obsoletos, que datan del siglo XX, para resolver los problemas del siglo XXI. Nuestras infraestructuras, tecnologías y modelos económicos se diseñaron en una época en la que la energía era barata, mucho antes de que las crisis climáticas y energéticas cambiaran las reglas del juego.
Hoy en día, transportamos mercancías utilizando sistemas que ignoran los datos en tiempo real, vivimos en edificios mal aislados y conducimos vehículos térmicos que desperdician tres cuartas partes de su combustible.
Esto no solo es insostenible, sino también innecesario y costoso, ya que existe otra vía: la eficiencia energética, la clave para reactivar el poder de Europa, tanto en las tomas de corriente como en las mentes. Según la Agencia Internacional de la Energía, la eficiencia puede representar más del 40 % de la reducción de emisiones de aquí a 2040, además de crear empleo y reducir los costes y la dependencia.
Casos de éxito y frenos a la eficienciaLa eficiencia va mucho más allá del aislamiento o del cambio de bombillas: puede transformar nuestras industrias, nuestras ciudades y nuestros hábitos de consumo. Abundan los ejemplos concretos: una compañía aérea noruega ahorró 13 millones de dólares en un año gracias a un software de optimización del combustible; la ciudad de Poissy ha reducido sus costes de aire acondicionado en más de 200.000 euros al año gracias a persianas inteligentes en las escuelas.
Sin embargo, los avances siguen siendo desiguales. Los fondos europeos ofrecen un salvavidas, pero la burocracia y el cortoplacismo los ralentizan con demasiada frecuencia.
Curiosamente, existe una reticencia política hacia la eficiencia, erróneamente asociada a la sobriedad, factor de decrecimiento económico. Mientras que la sobriedad hace menos con menos, la eficiencia permite hacer más con menos: una opción de progreso, competitividad y soberanía.
Oportunidad social y económica para EuropaAdemás, la eficiencia energética es socialmente justa. Reduce las facturas energéticas de los hogares, protege a las comunidades vulnerables contra las fluctuaciones de los precios y reduce los efectos de la contaminación sobre la salud. Se trata, en todos los sentidos de la palabra, de una transferencia de poder, de las autocracias extranjeras a los ciudadanos europeos.
Europa se enorgullece desde hace tiempo de su liderazgo en materia de política climática. Pero el liderazgo exige acciones, no aspiraciones. El continente debe fijar objetivos de eficiencia vinculantes y ambiciosos, aplicar nuevos códigos de construcción, acelerar la adopción de tecnologías limpias y apoyar a los gobiernos locales en la aplicación de los cambios sobre el terreno.
Porque la cuestión no es si Europa puede permitirse ser eficiente. La verdadera cuestión es si Europa puede permitirse no serlo.

Creadores de Opinión Verde #CDO es un blog colectivo coordinado por Arturo Larena, director de EFEverde
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