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Tonatiúh Rubín
Cd. de México (14 septiembre 2025) .-05:00 hrs
Algunas de las especies endémicas de nopales de México, como el duraznillo y el xoconostle, se pueden comer en condimentos y dulces.
Un emblema para México son los nopales: 101 especies de estas plantas se encuentran en el País y la mayoría son endémicas (sólo se encuentran en este territorio), de acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Además de ser parte del
Escudo Nacional y del mito fundacional de México-Tenochtitlan, el nopal es considerado un
tesoro nutricional por ser una excelente fuente de fibra, minerales y vitaminas esenciales para la salud, resalta la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).
Algunas de las especies endémicas del País son comestibles, como las siguientes, según el cartel "Nopales, tunas y xoconostles" de la Conabio.

Nopal Opuntia joconostle.
Es uno de los más empleados en la cocina tradicional. Su tuna contiene pulpa de color rosa y sabor ácido con semillas rosadas. Se usa en condimentos para el mole de olla e incluso para regular el azúcar en la sangre, apunta la Conabio.

Nopal Opuntia leucotricha.
Los nopalitos de esta especies son muy apreciados preparados en conserva. Además, su tuna ácida con coloración desde amarillenta verdosa hasta rojiza tiene potencial para usarse en botanas, frutas cristalizadas y mermeladas, establece la Conabio.

Nopal Opuntia cochenillifera.
Tiene frutos rojos que son comestibles crudos y en dulces cuando están maduros. Adicionalmente se prescribe una infusión con otras plantas para tratar úlceras, indica la Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana de la UNAM.

Nopal Opuntia lasiacantha.
Otro de sus nombres es nopal de tuna colorada porque existen variantes comerciales, como la Sanjuanera, con grandes tunas dulces de color rojo, pero también hay blancas, precisa la Conabio. Sus frutos son comestibles, añade el Laboratorio de Plantas Vasculares de la UNAM.
Presenta tunas de colores rosas a púrpuras conocidas como "taponas" debido a que contienen una gran cantidad de semillas. Con estos frutos se prepara agua fresca y colonche, una bebida fermentada, señala el Jardín Botánico del IB de la UNAM.